domingo, 24 de abril de 2016

EXISTENCIA


No es que el budismo niegue la teoría de un Dios-Creador, pero considera la hipótesis no sólo innecesaria, sino también incompatible con los hechos conocidos. Si para poder existir el mundo debió haber tenido un creador que lo antecediera, ¿cómo es que este mismo creador llegó a existir, y por medio de qué leyes estaba gobernada su naturaleza? Si tal ser fue capaz de existir sin un creador, la única razón para asumir su propia existencia es removida, porque el mundo mismo puede igualmente existir sin una causa que le anteceda. ¿Pudiera decirse entonces que el universo y el proceso de vida tuvieron algún comienzo, o estamos obligados a pensar en términos de comienzos sólo debido a las limitaciones de nuestra propia mente?
Un comienzo es un evento que tiene que suceder en un punto específico del espacio y del tiempo. No puede ocurrir en el vacío sin tiempo porque las tres condiciones del tiempo -pasado, presente y futuro- que son necesarias para que suceda cualquier evento, no pueden darse en un estado sin tiempo. Para que cualquier evento suceda, debe existir el tiempo antes de que suceda (pasado); el tiempo en que sucede (presente) y el tiempo después de que sucede (futuro). Pero el tiempo es todo él un concepto relativo: deben existir eventos sucediéndose para hacer posible que el tiempo exista, y es sólo a través de ciertos eventos sucediéndose regularmente, tales como la rotación diaria de la tierra y los cambios de estaciones, como el tiempo puede ser conocido y medido.
El acontecer de eventos necesita de la existencia de cosas. Por cosas queremos decir objetos que ocupan espacio y que por sus movimientos entre sí marcan no sólo divisiones en el tiempo, sino también áreas medibles en el espacio. Espacio y tiempo son entonces una unidad; un todo cualitativo con partes cuantitativas o relaciones. Podemos considerarlas por separado, pero no podemos adelantar ninguna declaración sobre una que no involucre en cierta manera a la otra. En una pincelada ésta es la base de la teoría de la relatividad. El conocimiento del espacio y del tiempo depende de la conciencia y de la posición sin ningún punto fijo de observación. El movimiento espacial y temporal es común tanto al observador como al objeto observado, de tal manera que lo que puede ser conocido no es una "cosa" sino simplemente una relación.
Cuando esto es comprendido se desprende que nunca pudo haber existido un comienzo –un origen que surge de la nada– del universo o del proceso de vida. Es cierto que el universo como lo conocemos se desarrolló de la materia dispersa de un universo previo, y cuando desaparezca, sus restos, a la manera de fuerzas activas, darán nacimiento, después de un tiempo, a otro universo en exactamente la misma forma. El proceso es cíclico y continuo. El complejo espacio-tiempo es curvo, y en una construcción curva de interrelaciones no puede haber un punto de origen o salida, de tal manera que en estas series de causas relacionadas es inútil buscar una Causa Primera. Tenemos la tendencia a buscar primeras causas y las pensamos necesarias sólo porque nuestras mentes están condicionadas a la relatividad temporal y espacial; la mente, por su propia naturaleza, debe operar dentro del mecanismo del cual es ella misma una parte; sólo puede tratar con relaciones. Esta es la razón por la que se dice en textos buddhistas –"no es posible descubrir el origen de los fenómenos, y no se puede encontrar el origen de los seres obstruídos por la ignorancia y entrampados por el deseo ".
De la misma forma que un universo da origen a otro a través de la energía residual que continuamente se renueva a sí misma –eso es, por medio del principio de la indestructibilidad de la materia– en esta misma forma la vida de un ser da origen a otro ser que no es el mismo en identidad y que no implica un ser inmutable, permanente. Aquello que los une es llamado en el buddhismo "kamma", o actividad volitiva; la continuación del proceso causal es llamada "samsara", o los ciclos del renacimiento; la actualidad del renacimiento y de la existencia sin ningún principio permanente de identidad o ser es llamada "anatta".
Cuando se dice que los ciclos del mundo o períodos del mundo, conocidos en el buddhismo como kappas, son de una duración inmensurable, debe ser recordado que todos los conceptos de tiempo son relativos; los medimos desde nuestra propia posición. En un contexto espacial inmensurablemente más vasto, el contexto del tiempo se alarga correpondientemente, de tal manera que eventos que cubren millones de años con nuestros cálculos, pueden ser medibles en términos de segundos. El cerebro puede enredarse con el concepto de infinitas construcciones espaciales-temporales que encajan o se impregnan entre sí interminablemente en todas direcciones, pero no está totalmente fuera de las posibilidades de la imaginación humana. Aparece con bastante frecuencia en el pensamiento buddhista; hay un número infinito (expresado convencionalmente como "diez mil", o "incalculable") de universos y treinta y un planos de existencia que tienen amplias diferencias en la medida del tiempo.
Lo que es impensable es un estado no-causal donde ni el espacio, ni el tiempo ni los eventos tienen existencia alguna. Esto tiene que ser comprendido por medio de la percepción directa, lo que significa deshacerse de las cadenas de la relatividad y de sus conceptos y procesos, y contactar dentro de uno mismo el "asankhata" o elemento incondicionado. La mente pensante, racional y discursiva, al agotar su exploración de los fenómenos y descubrir que todos ellos son impermanentes y carentes de realidad esencial, debe trascender este mecanismo, parar los impulsos generativos, y así producir la liberación final de todos los procesos. Esta liberación final es llamada Nibbana.


Viajera....

la mente ordinaria es el camino, cada momento de la mente es el camino. 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

NUESTRO ESPEJO

El Gohonzon, que funciona como un espejo, tiene un efecto doble: Refleja y ayuda a las personas a despertar la riqueza espiritual ilimitada e inherente a la vida, y ayuda a practicar la introspección para enfrentar la realidad de la vida, momento a momento.

viernes, 28 de agosto de 2015

EL CONCEPTO BUDISTA DE LEY

Shakyamuni, ya cercano a la muerte, dejó instrucciones a sus discípulos en las que establecía que, en vez de confiar en alguna persona en particular como mentor, debían considerar a la Ley como el único maestro. La palabra "ley" posee un amplio significado en el Budismo. Es el equivalente castellano del término sánscrito dharma, que se refiere a

las enseñanzas del Buda y, también, a la verdad que subyace en todos los fenómenos.Shakyamuni, ya cercano a la muerte, dejó instrucciones a sus discípulos en las que establecía que, en vez de confiar en alguna persona en particular como mentor, debían considerar a la Ley como el único maestro. La palabra "ley" posee un amplio significado en el Budismo. Es el equivalente castellano del término sánscrito dharma, que se refiere a

El concepto de "ley", tal como se usa en la vida cotidiana, implica las reglas establecidas para proteger al individuo y sostener las instituciones de un grupo o una nación. La idea europea de una "ley natural", no obstante, se basa en la aceptación de una ley más elevada, concebida por Dios, que se manifiesta en la naturaleza y en la sociedad.
La Ley, tal como enseña el Budismo, no ha sido establecida por ningún "ser" especifico. La Ley budista ha existido de manera inherente en el corazón del universo. Es la causa y el sostén de todo lo que existe. En esta concepción, se puede ver por qué la idea Budista de ley también incluye las enseñanzas expuestas por el Buda; el Buda no creó ni estableció ninguna ley, sino que esclareció la que rige originalmente el universo. Por lo tanto, las enseñanzas expuestas por el Buda pueden ser definida como "ley".

En ese sentido, se trata más de la idea de verdad dentro del ámbito de las ciencias naturales que de las llamadas leyes jurídicas. Encarar la Ley budista desde esa perspectiva nos permite comprender que las normas o reglas de la vida cotidiana, para actuar en armonía, deben coinsidir con las verdades contenidas en la naturaleza esencial de los seres humanos y de todos los fenómenos. Las leyes de la política, del derecho y de las ciencias sociales no deberían ser establecidas de modo arbitrario por ninguna persona o autoridad, sino de acuerdo con el discernimiento que ahonda en la verdad subyacente en la vida humana.


Existen muchas verdades, que abarcan desde lo específico o fenoménico hasta lo universal y esencial. En las más recónditas profundidades de la vida, la verdad fundamental que sustenta todos los fenómenos y leyes universales es laLey Mística indicada en el SUTRA DE LOTO, y un Buda es alguien que está iluminado respecto de ella.

jueves, 20 de agosto de 2015

NICHIREN

NichirenNichiren
Los miembros de la SGI siguen las enseñanzas de Nichiren, monje budista japonés del siglo XIII. Nichiren, hijo de un pescador, nació en 1222, en una época de inestabilidad social, afectada por numerosos desastres naturales. La gente común, en especial, padecía enormes sufrimientos. Nichiren quiso indagar por qué las enseñanzas del budismo habían perdido su capacidad de permitir a las personas vivir una vida feliz y llena de fortaleza. Sus estudios intensivos de los sutras budistas lo llevaron a la conclusión de que el Sutra del loto contenía la esencia de la iluminación del Buda y de que en ese sutra se encontraba la clave para transformar el sufrimiento del pueblo y propiciar el florecimiento de la sociedad. 
El Sutra del loto afirma que todas las personas, más allá de su género, capacidad o posición social, poseen de manera inherente las cualidades de un buda, y son, por lo tanto, igualmente dignas del mayor de los respetos. 
Basándose en su estudio del Sutra del loto, Nichiren estableció la entonación de Nam-myoho-renge-kyo como la práctica universal que permite a las personas manifestar la naturaleza de Buda inherente en su propia vida y obtener la fuerza y la sabiduría para desafiar y superar cualquier circunstancia adversa. Nichiren consideró el Sutra del loto el vehículo para el empoderamiento de las personas, al enfatizar que todos pueden lograr la iluminación y disfrutar de felicidad en este mundo. Él entonó por primera vez Nam-myoho-renge-kyo el 28 de abril de 1253 y posteriormente, inscribió el mandala delGohonzon (el objeto de devoción para que las personas perciban el estado de Buda de manera gráfica).

Persecución 

Árbol milenario del templo Seicho-ji, donde estudió NichirenÁrbol milenario del templo Seicho-ji, donde estudió Nichiren
Nichiren criticó las escuelas budistas que dependían del patrocinio gubernamental y servían a los intereses de los poderosos, mientras alentaban la pasividad y el sufrimiento de las masas. Amonestó a las autoridades feudales e insistió en que los dirigentes se hicieran responsables del padecimiento de la población y actuaran para remediarlo. Su postura de que el estado existía para el bien del pueblo fue revolucionaria en su época. 
En 1260, tras una serie de desastres naturales devastadores, Nichiren escribió su tratado más conocido, el “Rissho ankoku ron” (Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra). Él lo presentó a las máximas autoridades políticas del Japón y las exhortó a organizar un debate público con los representantes de otras escuelas budistas. El llamado a un debate público –que Nichiren reiteró durante toda su vida– fue desoído, y él fue exiliado a la península de Izu.
Los años siguientes trajeron más destierros y, finalmente, un intento de ejecución contra Nichiren en la playa de Tatsunokuchi, cerca de Kamakura, asiento del gobierno militar. Según él lo relata, momentos antes de que la espada del verdugo cayera, un objeto luminoso, tal vez un meteoro, atravesó el cielo con tal resplandor, que los oficiales aterrados suspendieron la ejecución. Nichiren fue exiliado a la isla de Sado donde, en medio de una privación extrema, continuó compartiendo sus enseñanzas y escribiendo tratados y cartas. 
Una vez que fue perdonado del exilio, volvió a Kamakura y luego se retiró al monte Minobu, donde siguió escribiendo copiosamente para esclarecer la interpretación del Sutra del loto y alentar a sus seguidores, hombres y mujeres, que le escribían a menudo pidiéndole su consejo. Asimismo, se concentró en forjar a sus sucesores.
Durante ese período, quienes se habían convertido a las enseñanzas de Nichiren fueron hostigados y atacados, y tres de ellos fueron ejecutados en 1279. El hecho de que esos seguidores campesinos se hubieran mantenido firmes ante la persecución inspiró a Nichiren la confianza de que sus enseñanzas se mantendrían y practicarían después de su propia muerte. Si bien hasta ese momento había inscritoGohonzon individuales para algunos creyentes, a partir de entonces inscribió un mandala dedicado explícitamente a la felicidad e iluminación de toda la humanidad. Nichiren murió a una edad avanzada tres años después.
El legado de Nichiren yace en su lucha incansable por la felicidad de las personas y en su deseo de lograr una sociedad que respete la dignidad y el potencial de cada individuo. Hoy, los miembros de la SGI de todo el mundo, oran ante el Gohonzon que él estableció y estudian sus cartas y tratados para comprender cómo aplicar el budismo a los desafíos de la vida cotidiana.

martes, 5 de mayo de 2015

Para qué tengo Gohonzon - EXPERIENCIA

Me llamo Rosa Aguilar y voy a cumplir 40 años de practicar este maravilloso Budismo de Nichiren Daishonin. He vivido muchas experiencias increíbles y he tenido muchísimos beneficios a través de una práctica continua y sincera. Hoy quiero contarles uno de los desafíos más grandes que he tenido y como logré una gran victoria con esta práctica.
Hace 6 años después de finalizar una reunión Conmemorativa de Damas, realizada en mi casa en Perú, sentí un dolor de espalda muy intenso, mi vecina me aplicó una inyección de 1,000 miligramos, según ella para calmar el dolor más rápido. A las horas empecé con vomitos y llegué al hospital en estado de coma. Lo único que recuerdo es que estando inconsciente me aferraba a la vida invocando Nam-myoho-renge-kyo desde lo más profundo de mi ser. Gracias al d daimoku de mi familia y el de todos los miembros, salí de ese estado. Los doctores dijeron que la dosis de la inyección aplicada había sido muy fuerte y me había dañado el hígado provocándome una cirrosis. Me desahuciaron, diciéndome que me quedaba poco tiempo de vida. Vine a la Florida buscando una segunda opinión, a los 15 días de haber llegado me sentí mal y me hospitalizaron nuevamente. La doctora le dijo a mis hijas: “Lo siento mucho, pero el hígado de su mamá está muy deteriorado”. El diagnóstico fue el mismo que me dieron en Perú: La cirrosis estaba en estado avanzado, además tenía trombosis, diverticulitis y gastritis; y a mis familiares le dieron una receta para que compren morfina porque, según ellos, los dolores que me iban a dar eran muy fuertes.
Yo no sabía de la gravedad de mi enfermedad y mi hija Ana invocó Nam-myoho-renge-kyo por sabiduría y determinar si me lo decía o no. Ella no quería hacerme sufrir dándome esta noticia. Cuando me lo dijo, mi respuesta fue: “Yo no me voy a morir, yo estoy muy bien, yo no tengo nada, no compres la morfina porque yo no la voy a necesitar y cuando te pregunten cómo está tu mamá le dices ella está muy bien”. Yo nunca me sentí enferma, siempre me decía: “Yo estoy muy bien”. Y nunca tuve una sola queja. Continué invocando Nam-myoho-renge-kyo mientras regresaba una y otra vez al hospital. En cada hospitalización llegaba sin saber quién era y una vez restablecida pasaba la Ley a las enfermeras, técnicas y pacientes con las que compartía el mismo cuarto.
Las enfermeras me decían que tenía el espíritu de una joven de 24 porque cuando me daban de alta salía bailando del hospital. Los doctores me dijeron que para que yo pueda seguir viviendo, debía someterme a un transplante de hígado que costaba $200 mil dólares y tendría que tomar 40 pastillas diarias de por vida para que mi organismo no atacara al órgano nuevo. Me pusieron en una lista de espera para recibir un hígado. Ahí comencé mi desafío, estaba determinada a convertir veneno en remedio. Me informaron de los riesgos porque generalmente el 20% de los pacientes mueren en la operación.
Invocaba 1 millón de daimoku y seguía con otro millón y otro; así pude vencer primero una tos que tenía que no se me quitaba con nada, que me resecaba la garganta y me impedía comer cosas frias y orar fuerte como me gustaba, sacando el daimoku desde lo más hondo de mi interior. La tos se me fue naturalmente y hasta el día de hoy no me regresó más, que hasta como hielo. Tenía una cuenta de hospital de $ 35 mil dólares. Por no ser residente en los Estados Unidos y para saldar la cuenta, el hospital averiguó que tenía una casa en mi país. Me cortaron la atención medica diciéndome que no reunía los requisitos, y poniéndome como condición que si quería seguir mi tratamiento tenía que vender mi casa y pagar la cuenta. Determiné que no iba a vender mi casa, porque siempre la dediqué al kosen-rufu, incluso viviendo aquí, una líder de área es la encargada de tener las llaves para que entren y continúen haciendo todas las actividades que deseen por el kosen-rufu. Me pasé un año y medio sin atención médica, mi hija Ana me cuidaba y me compraba todas mis medicinas e invocábamos juntas con la convicción que me volverían a atender en el hospital. Asistía a las reuniones que podía y me alentaba con las orientaciones de nuestro maestro Ikeda Sensei que dice: “Mientras más oscura está la noche más cerca está el amanecer”, y otra que dice: “Nam-myoho-renge-kyo es como el rugido de un león. Por lo tanto, ¿qué enfermedad puede ser un obstáculo?”
Conforme iba aumentando mi daimoku, me iba sintiendo mejor, y asistí a una conferencia en donde Greg Martín me dio la siguiente guía: “Los doctores no saben la medicina que nosotros tenemos. Lo que necesitas es decirle a tu hígado, lo siento señor hígado pero vas a trabajar por 20 años más. Visualiza tu hígado sano cada vez que cantes, saca del Internet la foto de un hígado sano, ponlo en el butsudan para que todos los días lo veas y digas: Así está mi hígado y dile, ya estás bien. Greg me preguntó ¿quieres pertenecer al club de los 100 años? Me sonreí y le contesté que sí, me dijo bienvenida al club de los 100 años. Después de seguir las guías del Presidente Ikeda, más las de Greg y sobre todo de usar la estrategia del Sutra de Loto, que es invocar Nam-myoho-renge-kyo, toda mi buena fortuna se manifestó. Al año y medio me aprobaron nuevamente como paciente del hospital, sin cobrarme los $35 mil dólares que tenía de deuda y sin necesidad de vender mi casa. Comenzando a hacerme nuevamente todos los exámenes, mi doctora al ver los resultados se quedó sorprendida y me dijo: “Señora, ¿usted que ha hecho que está muy, pero muy bien y su hígado se ha regenerado? Llamó a las enfermeras y técnicas para contarles mi caso, yo le contesté: Yo soy budista y canto Nam-myoho-renge-kyo. Llevo 2 años y medio que no me he vuelto a poner mal.Tengo buen apetito, como de todo y no me hace daño como antes. No necesité el transplante de hígado; no fue necesario tomar morfina porque nunca experimenté ni un pequeño dolor.
Con mi enfermedad he tenido la oportunidad de alentar a muchas personas que están pasando por problemas de salud, demostrándo mi prueba real. Gracias al poder de mi fe y de mi práctica prolongué mi vida 6 años y determino seguir prolongandola para cumplir con mi misión de transmitir la Ley Mística y de dar esperanza a los demás con mi vida. Muchas gracias por permitirme compartir esta experiencia con todos ustedes. Confirmando una vez más, el poder de uno mismo a través de la oración

martes, 19 de noviembre de 2013

Ni Dios ni Yo

Entre occidentales medianamente informados sobre el budismo y su doctrina se ha debatido, muchas veces, si el budismo niega a Dios o lo incluye de alguna manera, si el budismo es agnóstico o ateo o ninguna de las dos cosas, si tiene el budismo algún equivalente de la noción teológica de Dios o carece de ella, si debe ser comprendido como una religión natural -no revelada- o una pura ética, etc.

Todas esas discusiones son sólo discusiones de palabras. Son problemas abstractos y carentes de valor gnoseológico real. Ese debate, entre lo que enseña el budismo y la noción occidental de Dios, sólo puede existir si previamente se ha reducido a Dios a no ser sino un mero concepto; y si, además, también se ha degradado al budismo al nivel de un discurso teórico abstracto. El falso problema desaparecería si el teísta tuviese una noción lo suficientemente profunda de Dios, y también desaparecería si se comprendiera que el budismo es, ante todo y por sobre cualquier otra cosa, una vía de realización espiritual. Repetimos de realización y no de argumentación abstracta sobre tales o cuales cosas.
Por otra parte, entre los practicantes occidentales que han abandonado sus religiones de origen (judíos y cristianos) para arribar al budismo, se escucha con frecuencia la idea de que el budismo, al carecer de la noción de Dios, pone en manos del individuo la dirección de su vida y su razón de ser. Se habla así con inocultable complacencia pues se interpreta que en ese pasaje, de la religión monoteísta al budismo, se ha ganado en libertad y en autonomía personal. Se atribuye al budismo la enseñanza de que, palabras más palabras menos, 'todo está en mí' o 'todo depende de mí' o 'todas las respuestas están en mi propio interior' y otras cosas por estilo. Incluso se llega hasta convertir al budismo en un discurso de elevación de la autoestima, sin demasiadas diferencias con las típicas sugestiones pseudo espirituales de la New Age (*). En ese proceso los convertidos al budismo han pasado de la religión de Dios a la religión del yo...
Estas dos cuestiones, la discusión acerca de si el budismo niega a Dios y la ilusión de que el budismo pone en manos del individuo la dirección de su vida, tienen un trasfondo común: el exacerbado sentido del Ego que define a la cultura occidental moderna. Debido a ese agudísimo sentido del propio yo, el occidental o bien concibe a Dios como analogía del yo (es el dios toscamente antropomorfo del que quieren escapar muchos) o no logra concebir ninguna forma de trascendencia y se precipita en su propia subjetividad como si esta fuera el alfa y la omega del cosmos. Y así cuando el occidental se aleja de su religión de origen y se acerca al budismo, los principios budistas se le aparecen como algo que en realidad nunca fueron ni serán: estrategias de autoafirmación individual.
Pero el debate acerca de si el budismo niega a Dios o no, no tiene ninguna implicación para el budismo mismo. En cambio, el abandono de la devoción a Dios para desembocar en un budismo reducido a no ser sino la exaltación del propio yo, sí la tiene y muy seria... Así que nos detendremos en este segundo caso puesto que compete más íntimamente a la comprensión del budismo y de su práctica.
Ese abandono, por parte de los occidentales, de una tradición monoteísta y la búsqueda de un camino espiritual alternativo suele estar íntimamente ligado a los conflictos producidos por una noción demasiado antropomórfica e ingenua de Dios. Llega un momento, en el desarrollo personal de mucha gente, en que esa noción tan precaria de Dios se vuelve insostenible, pero no se sabe o no se puede ir más allá de ella; ya sea porque no se ha profundizado lo suficiente o porque desde la misma enseñanza religiosa no se brindan los elementos que permitirían superar esa frustración.
Pero, aquellos que en esas condiciones se introducen en el budismo no hacen sino trasladar al budismo la misma ingenuidad y antropomorfismo que no lograron superar en sus religiones de origen. Así, el verdadero factor de conflicto con la religión monoteísta persiste también en el budismo pero bajo nuevos ropajes...
Uno de esos ropajes es el que consiste en interpretar que el budismo es un camino puramente 'humano' en el sentido mundano e individualista de esa palabra. Otro ropaje, que no es más que una consecuencia de lo anterior, es el de confundir la interioridad budista con lo subjetivo individual. Como señalábamos al principio, en los ambientes budistas de occidente, con muchísima frecuencia, se escuchan decir cosas como: 'todo está dentro mío' o 'mi destino depende mí' o 'gracias al budismo comprendí que yo puedo todo' o 'el budismo me enseña a no poner fuera de mí la fuente de poder y dirección de mi vida' u otras declaraciones similares.
Pero, al concebir el budismo en esos términos, se olvida que éste, el budismo, ha sostenido siempre que el 'yo' es una entidad totalmente ilusoria; y no sólo ilusoria en sí misma sino también fuente de las ilusiones y sufrimientos que aquejan al individuo a cada momento de su existencia. Así que lejos de ganar en autonomía y libertad estos budistas confundidos se encierran en una prisión mucho mayor y más peligrosa que aquella de la que trataron de escapar al abandonar sus antiguas religiones: la prisión del yo.
Se confunde la interioridad del budismo con la afirmación de la subjetividad y de la propia individualidad. Creo que no es exagerado decir que hay ahí un desvío grosero.. tanto o más grosero que el del teísta que hace de Dios una suerte de súper patriarca de rasgos humanos pero más grande y poderoso que los humanos. Lo repetimos: hacer del budismo una religión de la autonomía personal y de la autoestima es tanto o más grosero que la más grosera y antropomórfica de las nociones monoteístas sobre Dios. Pero efectivamente eso ocurre. Esa desviación está muy difundida y hasta es propiciada por ciertos líderes budistas que, de tan modernos y occidentalizados que son, ya no comprenden su propia tradición
Pero, lo peor es que esa desviación acarrea consecuencias muy negativas y muy serias. Pues, si bien la exaltación del yo y la elevación de la autoestima pueden, momentáneamente, producir algunos resultados positivos en la vida mundana; lo cierto es que esos resultados se irán tan pronto como vinieron y el sujeto seguirá tan prisionero como siempre, o más, de lo que constituye su verdadero problema: la falta de una experiencia religiosa real que lo lleve más allá de sí mismo.
En la noción ingenua de Dios de la que se pretendía escapar, es decir de Dios como un ser análogo al hombre y exterior a él, podía haber todavía un factor liberador; ya que ese Dios era todavía trascendente en relación al yo. Y la aceptación de esa trascendencia es siempre per se liberadora, en algún grado, de la prisión subjetiva del yo. Mientras que al convertir al yo del hombre en el alfa y omega de su destino y de su razón de ser, se consolida la ilusión fundamental de la que proviene todo daño, toda ignorancia y todo sufrimiento.
Esta suerte de religión del yo y de la autoestima puede considerarse, con toda justicia, como una forma de idolatría.. y de lo más perniciosa porque bloquea el camino que justamente toda religión auténtica debería propiciar: la experiencia de la finitud del individuo -y por lo tanto del yo- y su apertura a la trascendencia.
Para corregir este error hay que reparar en que el budismo no habla de Dios pero tampoco pone en su lugar al yo. En el budismo no se trata de Dios, al menos no de un Dios cosificado y exterior como el que concibe la mayoría, ni tampoco se trata del yo. La realización espiritual en el budismo, en cualquier grado que sea, no se asimila nunca a lo subjetivo individual. En el budismo la realización espiritual no puede asimilarse a la simple elevación de la autoestima. No se trata de exaltarse a sí mismo sino de trascenderse a sí mismo. Y quienes escapando de un Dios demasiado tosco y agobiante se precipitan en una religión puramente humana y subjetiva, terminarán, tarde o temprano, mucho más agobiados que antes.
Eso es así por las razones que indicamos más arriba: que el concepto vulgar de Dios, por limitado que sea, permite todavía a los creyentes establecer cierta relación con lo que trasciende la condición humana en lo que ésta tiene de individual y finita. Pero la religión de la subjetividad y la autoestima no hace otra cosa que atarlos todavía más a la causa fundamental del sufrimiento: lo que el budismo llama ignorancia u oscuridad radical. Es decir, la ilusión del ego con todas sus formas de pavoneo y autoengaño.
El budismo no es un camino subjetivo. No es la exaltación del yo ni es la exaltación del hombre. El budismo es interior pero 'interior' no quiere decir subjetivo. Lo que el budismo encuentra en la interioridad del hombre no es su yo, no es su ser psicológico con todas sus estúpidas pretensiones, es aquello que trasciende al yo: Myoho, la Gran Ley del universo.
El budismo es un camino humano pero no es un camino meramente humano... pues el budismo enseña, al igual que otras tradiciones, que el hombre es ese ser que está infinitamente más allá de sí mismo...
El budismo no habla de Dios pero remite a la Gran Ley del universo e invita al hombre a descubrir esa Ley en el contexto de su propia vida. El efecto de ese descubrimiento, lejos de consistir en reducir todo al yo, es el de reconducir al yo a su única fuente de realidad y verdad: la Gran Ley (Myo Ho)
Y en ese proceso de reintegración en el ritmo de la Gran Ley se transforma al yo. Pero no para exaltarlo ni para darle una sensación ilusoria de importancia y autonomía, sino, al revés, para desmentirlo, para arrancarlo de sus engaños, para vaciarlo de sí mismo... A ese vaciamiento alude la palabra nirvana' (extinción) y ese es, también, el sentido del conocido símbolo budista de la gota que retorna al océano.
No se trata, entonces, del afirmar al yo sino de reconocer en el interior de la propia vida al universal. Aquél universal que se expresó por boca de Jesucristo con las palabras 'soy el camino, la verdad y la vida'. El mismo univeral que, siglos después, hizo decir al mártir musulmán al-Hallaj: 'Yo la verdad'.
En estas declaraciones, de Jesús y de al-Hallaj, no se exalta al yo sino todo lo contrario: se da testimonio de su completo anonadamiento en la Verdad y en lo universal. En esos ejemplos de verdadera realización espiritual el ego ha sido transformado en el . Eso no tiene nada que ver con la autoestima. Mientras el ego está preocupado por su propia valía sigue atrapado en la ilusión.. no importa si se cree importante o insignificante.
Nada podría estar más lejos del discurso sobre la autonomía personal y la autoestima que la verdadera espiritualidad. El budismo es un camino auténtico, y es lamentable que se lo reduzca a ser un producto más del enorme mercado de ilusiones y sugestiones pseudo espirtuales de la postmodernidad.
Por lo tanto, aquellos que buscan en el budismo aquello que no encontraron dentro de sus propias tradiciones deberían tener bien presente que, lejos de reforzar al yo en su ilusión de autonomía, se debe apuntar, en el budismo como en cualquier camino espiritual auténtico, a recuperar una relación entre el individuo humano y el principio universal que lo sostiene y lo guía y que constituye su única razón de ser. Y esa recuperación no podría lograrse nunca sin la conciencia de una dimensión trascendente. Esa dimensión que muchos no logran reconocer en el budismo debido a una lectura superficial y excesivamente 'modernizada' de sus enseñanzas.
En fin, para concluir esta disquisición sobre Dios y el yo, queremos destacar que no hay peor Dios que el yo del hombre porque no hay nada más exterior y ajeno a la esencia del hombre que ese mismo yo...
Máximo Lameiro
Bs. As. Agosto, 2002
(*): Por ejemplo, léase el artículo del Sr. Tetsugai Obo 'El Budismo la cultura del océano', en el cual, más allá de las buenas intenciones del autor, se propicia la interpretación del budismo que aquí criticamos. Publicado en Internet; puede accederse desde aquí: pulse para ir al artículo


martes, 18 de septiembre de 2012

EL JUZO

El juzo es un accesorio tradicional (se pronuncia Juso), es el único implemento en la práctica budista que utilizan sacerdotes y laicos a la vez. La palabra japonesa significa “un número de cuentas”.
También se las llama Nenju o Nen, que significa “meditar”, “tener en mente”.
Es decir que cuando nos enfrentamos al Gohonzon, nos ayuda a tener en mente los Tres Tesoros (el Buda Nichiren Daishonin, la Ley Dai Gohonzon y el Sacerdote Nikko Shonin)

Las palmas juntas representan la unión de realidad y sabiduría

Los dedos de las manos representan los 10 estados

El rosario budista tiene 108 cuentas que representan el número de los deseos mundanos que existen en la vida de los mortales comunes.

Cruzarlo forma una figura como el símbolo de “Infinito”, que simboliza la eternidad de la vida


Las cuatro cuentas pequeñas representan a los cuatro líderes de los Bodhisattvas de la Tierra:

Jogyo (Prácticas Superiores):
verdadero yo
líder de los 4 Bodhisattvas
libera los sufrimientos de vida y muerte
figura efímera de Nichiren Daishonin

Muhengyo (Prácticas Ilimitadas):
eternidad de la vida
percibe la esencia de todos los fenómenos
sobrepasa ideas y conceptos equivocados

Anryugyo (Prácticas Consumadas):
felicidad
brinda una inquebrantable felicidad derivada de la fe

Jyogyo (Prácticas Puras):
pureza
despeja los obstáculos en el camino a la felicidad
ilumina nuestra vida
nos libera de los sufrimientos al liberarnos de nuestro egoísmo

También se lo puede ver como la representación de un cuerpo humano

Los hilos que unen al rosario, representan la continuidad de la doctrina Budista y está elaborado con 3 o 9 fibras individuales

Cuando utilizamos el rosario durante la ceremonia del Gongyo, el cabo con dos sartas, se coloca sobre el tercer dedo de la mano izquierda, el cabo con las tres sartas se coloca sobre el tercer dedo de la mano derecha. Con las palmas de las manos unidas y los dedos tocándose unos a otros, las sartas quedan en la parte de afuera de las manos

A pesar de que las diversas partes del rosario tienen un significado, ellas no tienen ningún poder especial y no son esenciales para la práctica budista
Evite frotar excesivamente las cuentas durante el Gongyo y el daimoku

viernes, 14 de septiembre de 2012

CAUSA Y EFECTO

El budismo enseña que todo en el cosmos está regido por la ley de causa y efecto.
La ciencia moderna utiliza, por ejemplo, un sistema para evaluar las cosas que pueden verse o ser medidas. Desde la perspectiva del budismo, la causalidad está relacionada con los aspectos espirituales de la vida que no pueden visualizarse, tales como las sensaciones y la experiencia de la felicidad, la miseria, la gentileza o la crueldad.
El karma consiste en las causas que se acumulan en el pasado y el presente; el karma demuestra las tendencias del comportamiento que el individuo tiende a repetir, tales como la reacción ante ciertas situaciones de la vida.
La doctrina budista está desligada de la resignación pasiva.
La práctica budista tiene como propósito transformar las tendencias básicas de la persona (karma) mediante la entonación del Nam-myoho-renge-kyo, de modo que el individuo puede desarrollar su potencial total en la existencia presente y posterior. Al orar Nam-myoho-renge-kyo, el ser humano logra palpar su consciencia más profunda y puede hacer surgir la naturaleza pura del Buda, que es libre de todos los impedimentos kármicos. Al lograr dicho estado, la persona adquiere una condición vital fortalecida lista para enfrentar su destino y cambiar su futuro.
El ser humano puede crear su propio presente y futuro según las elecciones que hace en cada instante. De acuerdo a esta concepción, la ley de causa y efecto es aquella que empodera al ser humano y le permite realizar acciones que contribuyan al establecimiento de un mundo mejor para él mismo y los demás.

miércoles, 28 de marzo de 2012

EL ARTE DE ESCUCHAR CON LOS OJOS DEL BUDA 4ta Parte


Por Linda Johnson

Trascripción de la Conferencia del Departamento de Artistas 30 oct
(Traducción de Simonetta Ledda)


No es el obstáculo en  sí mismo que lo determinará nuestro resultado, si no como responderemos al obstáculo. Ahora, para entender mejor de que estamos hablando, detengámonos sobre el significado de la palabra RESPONSABILIDAD. La escuchamos muy a menudo, se habla de asumir la esponsabilidad al 100%, pero muchos de nosotros se niegan a hacerlo porqué pensamos: "¿Qué? Si he tenido una discusión con Eric, ¿por qué razón debería

asumir yo el 100% de la responsabilidad? Él también estaba aquí! 50 y 50 como mucho!". Luego un día cogí un diccionario y descubrí una cosa increíble: la
palabra responsabilidad deriva de la unión de 2 palabras: respuesta y habilidad. Esto explica muy bien ese 100% del cual habla ND. Significa cambiar el karma, es decir, trasformar nuestro destino tiene que ver con nuestra habilidad en responder al problema. Este es el Budismo de la Verdadera Causa que nos enseña que nadie puede cambiar el pasado. Pero, en este mismo instante, el más precioso de todos, a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones podemos cambiar cualquier
cosa. Lo más importante es la habilidad de estar al 100% presentes en el momento con la decisión de usar nuestra vida de forma CREATIVA. Así  es, con creatividad. De esta manera, por medio de pensamientos, palabras y acciones, podemos responder al problema de forma coherente con la dirección que queremos dar a nuestra vida, en vez de reaccionar a las situaciones por como están ahora.
Este es el Budismo de la Verdadera Causa, verdad? Porqué dice que a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones podemos cambiar cualquier cosa. Esto es lo que muchos no captan cuando invocan.Por ejemplo, cuando entono Daimoku deseo la mejor de las relaciones con Eric. En este momento tenemos esta lucha y solo esta, verdad? Y entonces YO asumo la responsabilidad que tengamos la mejor de las relaciones, de superar este obstáculo y de crear algo maravilloso, una
relación mejor que antes de que discutiéramos. Normalmente, cuando invoco así, el resultado es que Eric y yo volvemos a discutir. "¿Pero, que pasa? Estoy invocando para estar en paz y ¿ahora reñimos más? ¡No era este mi objetivo!" Si razonamos así, no estamos viendo que esta nueva discusión nos ofrece la oportunidad de transformar nuestra relación tal como hemos estado invocando. Pero podemos obtener este resultado sólo si respondemos de forma correcta en el momento mismo de la discusión. (aplausos) El momento en el que se manifiesta el obstáculo, es lo que en el Budismo llamamos el momento crucial. El momento crucial es exactamente cuando el obstáculo aparece. Y nos está ofreciendo la oportunidad de
cambiar nuestro destino según como respondemos. Cada vez, en el medio de una discusión con Eric, que caigo en mi parte negativa y respondo desde allí, estoy condicionada por el lado  negativo del problema, que me ha atrapado y llevado a hacer más y más causas negativas que causarán la reaparición de esa tendencia en mi vida. En cambio, si logro recordar, esta es mi oportunidad y he estado invocando exactamente para que apareciera ese momento. Eso es. Los beneficios vienen a vosotros. Vosotros creáis los beneficios a través de vuestros pensamientos, palabras y acciones. Esta es la esencia de la Revolución Humana. Rev. Humana significa mirar a la cara nuestra debilidad y esta vez responder de forma diferente.Y cada vez que respondemos de manera diferente, de forma coherente con la dirección que deseamos dar a nuestra vida, un instante tras otro
hacemos causas para trasformar nuestra vida. La trasformamos minuto tras minuto, hora tras hora, día tras día. Lo más emocionante de todo esto es que cuando aprendemos a mirar todo desde la perspectiva de la Ley de Causa y Efecto y usamos el Budismo de ND – en el sentido que lo aplicamos a la realidad de  uestra vida, sin pararnos a una comprensión teórica – nuestra vida adquiere otro
sentido, porqué lejos de deprimirnos por los problemas, de interpretarlos como una señal de que la dirección está equivocada, empezamos a verlos como una oportunidad para desvelar más y más belleza en nuestra vida. Los problemas son tales solo porqué nos hundimos en su lado negativo. Cuando aprendemos a utilizarlos desde su lado iluminado de forma constructiva para que nuestra vida avance, entonces aún en medio del proceso de trasformación de nuestro destino podemos sentir verdadera felicidad. Porqué la felicidad no se limita al momento en que hemos superado la dificultad, sino que se manifiesta en cada momento en el
que la estamos venciendo, cuando no sufrimos más pensando en el problema. Cuando tomo el control del problema y lo uso de forma positiva para mi vida, en ese momento me recargo, en ese momento la vida se hace emocionante. Empiezo a ver todos mis problemas como mi misión. Y es mi misión la de vencer cualquier problema. ND nos ha dejado este Budismo para convertirnos en maestros en
solucionar los problemas de la vida. Lo que él dice es que todos los seres humanos, nosotros incluidos, encontrarán problemas y dificultades en la vida. De hecho necesitamos estos obstáculos para  obligarnos a salir de nuestra "zona confortable"! Los problemas nos  llevan a retarnos, a ir siempre un poquito más allá con respeto a donde pensábamos poder llegar. Y por eso son el ímpetu y la motivación
que nos llevan cada día a hacer más de lo que pensábamos poder hacer. Son necesarios para crecer.ND dice que nuestra vida, la que él llama Ley Mística o Gohonzon, NMHRK es ilimitada. Y esta potencialidad existe ahora mismo en la vida
de cada uno de nosotros, sin necesidad que seamos algo diferente a lo que somos. 

martes, 27 de marzo de 2012

EL ARTE DE ESCUCHAR CON LOS OJOS DEL BUDA 3ra Parte


Por Linda Johnson

Trascripción de la Conferencia del Departamento de Artistas 30 oct
(Traducción de Simonetta Ledda)


Sin embargo nos han enseñado que creamos nuestra vida a través depensamientos, palabras y acciones! Yo a esto le llamo "vivir inconscientemente". Hay mucha gente que invoca sinceramente frente al Gohonzon, pero siempre con la idea que esta fuerza externa a nosotros nos ayudará si somos bastante buenos. Oramos con sinceridad para que el Gohonzon nos conceda un beneficio y nos cuide. Y al terminar la invocación nos levantamos y no creemos que hay que ser responsables de las causas que hacemos. Vivimos con ligereza. Lo hacemos. Nosotros vivimos así. Y luego nos sorprendemos por haber invocado un millón de

Daimoku y no haber solucionado. Se nos escapa el punto fundamental. Esta práctica es mucho más profunda que la simple invocación del Daimoku. Podemos invocar un millón de Daimoku sin creer que podemos realizar aquello por el cual estamos invocando y esa va a ser nuestra oración delante del Universo.

Y el Universo es esa pantalla estupenda que nos proyecta de vuelta exactamente aquello por lo que oramos, tanto en su sentido positivo como negativo. También debemos entender que la Ley Mística y el Gohonzon funcionan en sentido positivo y negativo. Abarca todo en el Universo, y todo en el Universo en cada instante posee ambas potencialidades. No son las circunstancias en las que nos hallamos las que definen quienes somos. No podemos comprender quienes somos o descubrir uestra
potencialidad (es decir, lo que podemos ser) a través de las circunstancias que estamos viviendo. Más bien creo que nuestras actuales circunstancias estén en relación de causa y efecto con nosotros, con nuestras creencias, son el espejo de nuestras creencias. Por ejemplo, en L.A. estoy en contacto con personas que desean ser actores de éxito. Invocan muchísimo Daimoku, van a las audiciones y no ocurre nada. Siguen así durante una temporada hasta que vienen y me
dicen: "He orado muchísimo, he ido a muchas audiciones y no ha pasado nada, por lo tanto la realidad me está diciendo que tal vez debería pensar en hacer algo diferente con mi vida". Odio la palabra realidad cuando se usa de esa forma.
La realidad es el espejo de lo que eres, de tu más profundo sistema de creencias.
Deseo que empecéis a invocar con este tipo de sabiduría, llegando al  noveno nivel de conciencia para ver la vida con claridad desde el punto de vista de su real perspectiva de causalidad. Esta capacidad de ver existe siempre en vosotros, hace falta solo darse cuenta e invocar Daimoku con este tipo de convicción.
Invocad para ver las causas y los efectos que están actuando en vuestra vida. Invocad para comprender cual es la relación entre la falta de resultados y vuestros pensamientos, palabras y acciones. Muy a menudo la falta de resultados refleja el hecho de que profundamente no creemos de verdad ser capaces de lograr nuestro
objetivo. Y la Ley de Causa y Efecto es tan severa que es la única cosa en la vida de la cual no podéis escapar y a la cual no podéis engañar.Nuestra vida en cada instante refleja nuestras creencias. Lo digo porqué lo he vivido. He invocado inceramente para mi meta y al final me he dado cuenta que la realidad de la vida es que cada persona del planeta, que invoque o no, está luchando contra nuestra misma oscuridad fundamental en cada momento de su vida. En broma, pero también muy en serio llamo a esta oscuridad "nuestro gemelo demoníaco" que vive en nosotros. Y este gemelo demoníaco nunca se va de vacaciones y nunca se calla. Intentad invocar seriamente por ese gemelo perverso cuando estáis frente al Gohonzon (cuando digo frente al Gohonzon, claro que entiendo el Gohonzon que está dentro de nosotros). Vivimos nuestra vida de cada día, tal vez estamos
conduciendo para ir al trabajo y nuestro gemelo demoníaco también está trabajando. Estamos pensando en nuestra meta, aquello por lo que estamos invocando, y el gemelo demoníaco nos da enseguida un listado de 21 razones por las cuales no podemos alcanzarla. Verdad? Os ha ocurrido alguna vez? El listado está siempre en acción. Lo que he experimentado es que la forma en que reaccionamos a nuestro gemelo demoniaco determina el efecto que producimos en nuestra vida. Los pensamientos negativos no producen resultados concretos. !La
respuesta a ellos si! (aplausos y risas) Hablamos de pensamientos positivos, pero en realidad es fácil rendirse. No creo que nadie pueda pensar positivamente durante las 24  horas del día, no es natural.ND nos explica que en cada instante se enfrentan estas 2 fuerzas en  nuestras vidas. Existe la fuerza del Buda y la oscuridad fundamental  que luchan constantemente una contra la otra, dentro y fuera de nosotros. Esta es la naturaleza de la vida que hay que aceptar. Esto y
no pensar que cuando lograré la iluminación mi gemelo demoníaco se callará para siempre. No funciona así. El Budismo nos enseña, con respecto a los 10 estados de vida, que el estado de Budeidad existe dentro de cada uno de los otros 9. Entonces
hay otra dualidad, otro "dos pero no dos", es decir: también ese gemelo demoníaco posee los 2 lados, el iluminado y el oscuro. Hay un aspecto de ese pensamiento negativo que, al retarlo, se convierte en la motivación y la guía para nuestro ambio. El punto es como reaccionamos a él. Puede funcionar como el más grande Shoten Zenjin del mundo. Pero cuidado, porqué también posee un lado destructivo y la manera que escogemos para verlo y usarlo en nuestras vidas determinará el resultado que obtendremos. 

jueves, 19 de enero de 2012

EL ARTE DE ESCUCHAR CON LOS OJOS DEL BUDA 2da Parte

Por Linda Johnson

Trascripción de la Conferencia del Departamento de Artistas 30 oct
(Traducción de Simonetta Ledda)

//... Vamos a ver que quiere decir esto en relación con ser capaces de escucharnos a nosotros mismos. Primero, delante de un problema la mayoría de nosotros usa la cabeza para diseñar una estrategia para solucionarlo. Y así, muchos de nosotros, después de haber ejercitado su celebro elaborando una estrategia para ir, por ejemplo, del punto A al punto B para solucionar el problema, empiezan a orar al Gohonzon para que esta solución funcione. (risas)
Creo que esto es incorrecto. Dejadme explicar porqué. Es algo que he descubierto experimentándolo en mi vida. Pensemos en las 9 CONSCIENCIAS. Las 5 primeras son nuestros sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. El sexto nivel es la mente consciente, el séptimo la mente inconsciente. El octavo nivel es el depósito del Karma, el lugar donde guardamos todas las causas acumuladas existencia tras existencia. El noveno corresponde a la pura e inmutable realidad de nuestra vida.
Bien. Ahora, cada uno tiene un poco de fortuna y un poco de desdicha en su vida. Cada uno en los ámbitos en los que tiene suerte puede hacer todo lo que hacen los demás para conseguir lo que desea y conseguirlo. Pero en los ámbitos en los que a nuestra vida le falta fortuna, podemos hacer las mismas cosas que hace nuestro vecino y, sin embargo el objeto de nuestro deseo parece alejarse cada vez un poquito más, ¿verdad? (risas) El hecho es que los problemas a los que nos enfrentamos tienen una causa relacionada con nuestra vida. Muchas veces surgen de esa parte de nuestra vida en la que no tenemos fortuna. Y así, cada vez que usamos la mente para elaborar una estrategia para solucionar un problema, nuestra mente puede recurrir como mucho al octavo nivel de nuestra conciencia, donde está el karma, donde están todas nuestras causas. Y ese es exactamente el lugar donde NO TENEMOS SUERTE! (risas)!
Entonces, nuestro celebro pensará en una solución basada en la ausencia de fortuna y esto nos llevará a reforzar siempre más nuestro viejo esquema de respuesta. Pero nos han enseñado que invocando NMHRK se puede perforar el octavo nivel de conciencia sin ser afectados por ello y así alcanzar la pura e inmutable realidad y la sabiduría ilimitada de nuestra vida que no está contaminada por el karma. La respuesta, entonces, es la correcta para nuestra vida. No está condicionada por esa parte de nuestro karma desdichado. Es por eso que ND nos dice que debemos ser dueños de nuestra mente, en vez de dejar que ocurra lo contrario. Creo que cuando invocamos deberíamos empezar por la decisión que realizaremos X, sea lo que sea X. Luego hay que recordar que según el Budismo, creamos nuestra vida con nuestros pensamientos, palabras y acciones. En el Budismo de ND rezar es profundamente diferente del rezar en otras religiones. No estamos invocando a alguien de externo para que nos conceda algo. Más bien, rezar es la decisión que crearé el objeto por el cual estoy orando a través de causas hechas con mis acciones, palabras y pensamientos. Yo soy el creador de mi vida y me tomo la responsabilidad de crear aquello por lol cual estoy invocando.
Es decir, si yo invoco Daimoku con este tipo de decisión, entonces realizaré X. Seguro que algo realizaré. Y ¿cómo lo hago, cómo voy a lograrlo? La respuesta existe sólo en mi vida y puedo hacerla surgir cuando regreso de ese lugar (novena conciencia) donde está la convicción de que la respuesta existe dentro de mí y cuando invoco con la decisiónde sacar de mi vida la sabiduría necesaria para ver con claridad qué debo hacer para crear aquello por lo que estoy orando. Por eso el presidente Ikeda nos dice que LOS BENEFICIOS VIENEN A NOSOTROS, NADIE NOS CONCEDE BENEFICIOS.
Quiero deciros otra cosa. Debemos comprender que una de las razones por las cuales practicamos este Budismo es transformar profundamente nuestro destino en esta existencia. Todos los padres, naturalmente, desean ofrecer a sus hijos las mejores oportunidades posibles de manera que sus vidas sean mejores de la queellos tuvieron. En nuestra sociedad esto significa que es imperativo recibir una buena educación porqué sabemos que tendencialmente con una buena educación será más fácil ganar dinero y tener éxito. Pero si miramos a la vida desde el punto de vista de ND comprenderemos que no hay cantidad suficiente de educación que nos permita de trasformar el karma. Vamos más profundo. Cada uno de nosotros escogió nacer en la familia en la que ha nacido y de practicar en esa familia porqué compartimos el karma con cada uno de sus miembros. Y esto nos guste o no! Yo también! (risas) Vas creciendo y piensas: mi padre era alcohólico y por eso mi adre le dejó. Estaba lejos de mí mientras yo crecía, y ya que era alcohólico no cumplió con ninguna de las promesas que me había hecho. Siendo una niña me convencí que en el fondo había algo malo en mí, pues, de no ser así mi padre me hubiera querido. Yo odiaba lo que veía, lo que el alcohol le hacía. Lo odiaba de forma visceral. Prometí no volverme nunca como él y así no bebo, no me rodeo de gente que bebe no permito a quien me rodea beber mucho. Me da mucho miedo quien bebe porqué vi lo que el alcohol hizo a mi padre. Puedo beber una copa de vez en cuando, 1 o 2 veces al año, eso es todo. No me he emborrachado nunca en la vida, mis compañeros de la universidad lo intentaron, pero no lo consiguieron porqué yo echaba la bebida a las plantas. No me llamaba la atención la idea. Me disgustaba.
Cuando crecí, me sentí superior a mi padre porque yo no bebía. Debo de ser honesta y deciros que estoy empezando a entender que no ha sido una casualidad si nací en esta familia y que yo también tengo ese tipo de tendencia adictiva.
La razón por la cual la mayoría de nosotros no capta esto es que creemos que esa tendencia deba manifestarse en nuestra vida tal cual se ha manifestado en la vida de nuestros padres. No es así. Mi padre bebía para relajarse, para celebrar, para consolarse de las frustraciones y del sufrimiento. Yo celebro con la comida, cuando me siento frustrada como, cuando estoy deprimida como. Uso la comida por la misma razón por la que mi padre usaba el alcohol. Y entonces he entendido que no importa cuanto queremos a nuestros hijos, no importa cuanto nos han querido nuestros padres, aún así no han podido evitar que suframos a causa de nuestro karma. Pero la promesa de ND es que podemos trasformar cualquier karma en
esta existencia. Pero, de nuevo las personas malinterpretan esta práctica y piensan que solo porqué invocamos Daimoku no sufriremos a causa de nuestro karma.
No es así, en absoluto. Esta práctica se basa en la Revolución Humana, en la de mistificación de la vida y en la comprensión de que lo que nos ocurre está siempre de acuerdo con la Ley de Causa y Efecto. ND dice que debemos comprender que todo lo que está fuera de nuestra piel no está de ninguna manera separado de nosotros, aunque así nos parezca. Todo lo que ocurre tiene un nexo causal con nuestra vida, tanto con nuestro lado negativo como con el positivo. Debemos entender que creamos continuamente nuestra vida con pensamientos, palabras y actitudes. Por lo tanto practicar correctamente no depende solo de la cantidad de Daimoku que invocamos cada día. ¿Cuantos de nosotros asumen la responsabilidad de las causas que hacen en cada momento? Cuantos de nosotros asumen la responsabilidad de sus pensamientos, palabras y actitudes?                                                                                                                       ...// Continuará 

martes, 17 de enero de 2012

EL ARTE DE ESCUCHAR CON LOS OJOS DEL BUDA - 1ra Parte


Por Linda Johnson

Trascripción de la Conferencia del Departamento de Artistas 30 oct-2003
(Traducción de Simonetta Ledda)

Creo que es la capacidad de escucharse a uno mismo, a nuestro yo verdadero y de mirar a toda la vida según la Ley de Causa y Efecto. De esto hablaré. Para poder escucharse a uno mismo, a nuestro yo auténtico, a nuestra capacidad ilimitada de sabiduría para comprender cual es la respuesta justa, primero debemos aprender a practicar correctamente. Pienso que demasiada gente practica este budismo con lo que yo llamo un "estilo de vida cristiano-budista". Y el problema es que cuando no practicamos correctamente, los resultados que conseguimos son mínimos comparados con los que podríamos conseguir con una práctica correcta. Entonces, el primer punto es que demasiada gente ora al Gohonzon como

si fuese un dios o una fuerza fuera de ellos. La actitud con la que invocamos, con la que nos sentamos frente al Gohonzon es muy importante. Cuando voy a las reuniones veo a la gente estar mal y agitarse. Entonces me pregunto que es lo que los anfitriones les explican del

Budismo. Mi miedo es que seguimos explicando el Budismo tal cual nos lo explicaron a muchos de nosotros cuando yo empezé a praticar en los años 70. Es decir: invoca pensando poder obtener todo lo que deseas. Sin explicaciones más profundas, alientan a la gente a empezar a

invocar, rezando al Gohonzon (que desde el punto de vista físico es efectivamente un objeto fuera de ellos) como si existiera antes de ellos. Así se empieza a invocar de esta manera, como si estuvieramos suplicando, pidiendo a esta fuerza, a este Gohonzon de concedernos, por favor, beneficios. Esta no es la manera correcta de practicar el Budismo.Por lo tanto, en primer lugar quisiera hablar del Gohonzon como objeto físico externo. Desde cierto punto de vista escucharse a uno mismo depende de cuanto uno realmente, profundamente, con cada fibra de su ser, entiende que el Gohonzon es él, es su propio ser. Nichiren Daishonin dice: "Nunca busque este Gohonzon fuera de usted mismo", pero cuantos de nosotros han entendido este punto? En mi caso me ayuda mirar al Gohonzon de manera diferente de lo habitual. Como todos sabemos, NMHRK está escrito exactamente en el centro del Gohonzon. Esto porque ND comprendió que la esencia del Sutra del Loto está incluida en las palabras NMHRK y pudo comprenderlo a partir del Sutra del Loto, que es Shakyamuni. El Buda Shakyamuni es

digno de la más alta consideración. Fue a partir de su enseñanza que ND se iluminó a esta verdad de la vida y al hecho que su misión era revelarla. Esta es la esencia, la clave que puede desbloquear el potencial humano que existe dentro de cada ser viviente. Ahora, sabemos que en la cultura Asiática se lee desde derecha hacia izquierda. Al contrario de como leemos nosotros. En la cultura Asiática si se quiere rendir homenaje a alguien, el sitio de máximo

respeto es a la derecha. Si miramos al Gohonzon el Buda Shakyamuni debería estar a nuestra

derecha, a la derecha de NMHRK, pero no, está a la izquierda. La razón profunda por la cual ND colocó al Buda Shakyamuni a la izquierda es que quería subrayar que todos los seres humanos somos iguales, que cada uno posee de igual forma ese Buda potencial en su vida.

En la simbología budista el mentor tiene la boca abierta y el discípulo cerrada porqué le está escuchando. Y así, de acuerdo con el espiritu con el que ND inscribió el Gohonzon y con la cultura Asiática, el maestro debería estar a la derecha, en cambio está a la izquierda, para dejar claro que el maestro no es superior al discípulo, son iguales. Otra cosa que me emociona mucho, aunque sin saber leer todos los carácteres del Gohonzon, es saber que representan las 2 caras de la vida. Todos los atributos positivos intrínsecos a cada ser viviente,

así como esa oscuridad fundamental que junta a estos co-existe dentro de cada vida humana.

ND nos dice que no existe vida humana que tenga una parte sin la otra. Cada vida en cada instante posee siempre las 2 potencialidades. Los carácteres que representan estos 2 aspectos están inscritos en el Gohonzon. Además, aunque no lo sé ver sola, me gusta la idea que ND haya escrito en el Gohonzon estos carácteres que representan cada aspecto de la vida de manera que cada uno esté mirando hacia el centro como nosotros. Cada carácter está escrito para estar direccionado hacia NMHRK. Pensad en la Ceremonia en el Aire, estamos todos formando un círculo, NMHRK es el eje del universo y todos nosotros estamos alrededor mirando hacia NMHRK. Cada carácter está dirigido hacia el centro. ¿Porqué esto? Porqué ND nos está lanzando un mensaje, o sea que debemos basar nuestra vida en la Ley, nunca en la persona. Es la Ley Mística la que ha permitido a cada Buda expresar su repleto potencial, esa es la clave, es el centro de todo. Debemos hacer de

NMHRK el centro de nuestra vida, lograr basar nuestra vida en NMHRK.  ...//  Continuara...

martes, 3 de enero de 2012

Cantando con el corazón


Buscando vas por el mundo, sin detenerte a pensar
En medio de un laberinto; la paz que quieres hallar
Abriendo un poco los ojos; mirando dentro de ti
Encontrarás la respuesta; para sentirte feliz....
Cantando con el corazón; con esta fé que es nuestra guía
Cantando siempre la oración, transformas pena en alegría
Mañana y tarde cantaras y poco a poco día a día
Veras que todo cambiará; iluminando nuestra vida.

viernes, 2 de diciembre de 2011

¿Cómo funciona la oración del Nam-myoho-renge-kyo?

Los miembros de la SGI hablan constantemente de los resultados positivos que experimentaron en sus vidas al entonar Nam-myoho-renge -kyo. Esto es difícil de comprender si no es por experiencia propia; por eso, se aclara comúnmente a los que se inician en la práctica, que no es un requisito orar durante un tiempo prolongado cada vez, sino que se les sugiere probar primero la recitación por períodos breves cada vez. La práctica de la entonación del Nam-myoho-renge-kyo fue establecida por Nichiren en el siglo XIII. Él tenía la convicción de que el Sutra del loto contenía las verdades máximas del budismo: que todos sin excepción tienen el potencial de lograr la Budeidad. La traducción al japonés del Sutra de loto es Myoho-renge-kyo. Al entonar añadiendo el prefijo “Nam”, que significa devoción al mensaje esencial del Sutra del loto, las personas activan el estado de Buda de sus vidas. El Nam- myoho-renge-kyo no es una invocación de fuerzas externas, sino la expresión de la determinación espiritual de la persona que busca sincronizar su vida con la verdad del universo. A través del hábito de la entonación, las personas manifiestas su potencial máximo.


© Soka Gakkai Internacional 2011. Todos los derechos reservados

¿En qué creen los budistas? ¿Qué es la iluminación?

Los budistas creen que cada individuo tiene un potencial positivo ilimitado y la capacidad de mejorar su vida. A través de la práctica, las personas sienten mayor satisfacción, felicidad y la disposición para contribuir a la sociedad. El budismo enseña que la Ley universal del Dharma rige el universo y que todos los entes vivientes están estrechamente conectados. Postula, además, que cada persona es responsable de determinar el rumbo de su vida. Un cambio de perspectiva o la transformación del corazón permiten cambiar la circunstancia propia y ajena. El sacerdote budista Nichiren afirmó que la práctica de la entonación del Nam-myoho-renge-kyo por una persona conduce a la armonía del sujeto con el Dharma de la vida suprema del universo, fruto de lo cual el individuo puede disfrutar de mayor sabiduría, coraje, fuerza vital y compasión. La iluminación suele relacionarse con la práctica de la austeridad para lograr poderes extraordinarios ajenos a los seres comunes. Sin embargo, Nichiren postuló que el estado de Budeidad consiste en la fusión de la sabiduría subjetiva con la realidad objetiva, es decir, la comprensión total de las realidades de este mundo. No se trata de una meta que se alcanzará algún día. La iluminación consiste en el desafío constante y diario y la renovación de la determinación de desarrollarse y de influenciar positivamente la vida de quienes nos rodean.



© Soka Gakkai Internacional 2011. Todos los derechos reservados

jueves, 3 de noviembre de 2011

Cantando con el corazón

Hola amigos !!! ahora les dejo para su descarga otra cancion de la Sra. Regina Alcover, espero les guste y lña puedan usar en sus reuniones por favor no dejen de comentar y recomendar esta pagina a sus amigos . esta cancion debe durar 1' 52" de no ser asi por favor enviar correo a eduravi@gmail.com para solucionar el tema.

http://www.4shared.com/audio/P3JdwAry/Cantando_con_el_corazon.html

CANTA, CANTA

Buenas tardes, les dejo esta linda canción, que compuso la Sra. Regina Alcover y la canta junto a su famoso hijo GIANMARCO en los coros estan los hijos de Gianmarco, espero les guste porque la Sra. regina la compuso para la SGI.La cancion debe durar 3' 54" de no ser asi por favor enviar correo a eduravi@gmail.com para solucionar el tema.



martes, 18 de enero de 2011

Budismo. Practicalo.

Ya lo sabemos: es gratis, no tiene contraindicaciones, brinda comprobados beneficios... Pero, ¡cómo cuesta practicar todos los días!

Por épocas nos ponemos metas claras, tomamos súper decisiones, y hacemos todo el daimoku del mundo por unos días... hasta que llega la inercia, el exceso de trabajo, todo lo que tenemos que estudiar, la salida que nos merecemos o las tareas que no hicimos, y el espacio destinado a erigir nuestra felicidad absoluta es devorado. Es en ese momento cuando aflojamos poco a poco nuestra decisión, y sentimos que “está bueno practicar… pero puedo dejarlo para mañana”.
A continuación, una guía de preguntas y respuestas útiles para renovarnos en esos momentos en que sostener cada minuto de daimoku nos insume más esfuerzo que estudiar de memoria las 1238 variedades de micro-organismos presentes en la selva mesopotámica.

1) ¿Qué nos pasa si NO practicamos algunos días?

No hacer gongyo un día no es para psicopatearnos ni perseguirnos, el Gohonzon no nos va a “reclamar” por no practicar, mucho menos ¡castigar!... De hecho, a decir verdad muchas personas son humanistas, felices y concretan muchos objetivos sin practicar (ni siquiera conocer) nunca el Budismo, lo que equivaldría a decir que NUNCA han hecho gongyo ni daimoku.
Por otra parte, orar SOLO para “cumplir” con la cantidad diaria de daimoku que nosotros mismos nos pautamos y no “fallarnos”, tampoco generará una gran diferencia positiva en nuestra vida.
Desde el punto de vista del Budismo del Daishonin, invocar al Gohonzon es reafirmar que somos Budas. Es ascender a la máxima altura que existe en nuestra vida para ver todo desde la más amplia dimensión, y luego “descender” para accionar en nuestra realidad concreta con coraje y sabiduría. Lo importante entonces no es cumplir con la cantidad de daimoku, sino SOSTENER cada día esta afirmación en nuestra oración y la firme decisión en nuestros objetivos
.
Sensei señala: “El Daishonin no dice nada sobre la cantidad de daimoku que uno tiene que hacer por día. Es algo que queda totalmente a criterio de cada uno, en base a su conciencia y a su sentido de la responsabilidad. La fe es un camino de por vida, así que no hay necesidad de sentirse excesivamente ansioso o angustiado acerca del poco o mucho daimoku que uno hace.
El Budismo existe para liberar a la gente, no para restringirla. Esforzarnos día tras día en la práctica del gongyo equivale a una suerte de ‘entrenamiento espiritual’, que purifica y limpia nuestra vida, pone a punto nuestro motor interior y nos lleva por buen camino durante cada jornada. La mente y el cuerpo funcionan de maravillas y nos sentimos bien sincronizados con el universo”.

2) ¿Cuántos años tendré que practicar hasta ser un Buda, ser feliz?

Comparemos la felicidad con la sensación de sentirnos con la panza llena después de una rica comida, incluido postre y café en el menú. Haciendo esta analogía, la pregunta de arriba sería: ¿cuánto alimento debería comer (años de práctica) hasta sentirme lleno y satisfecho (ser feliz)?
Alguien dirá que su respuesta es un plato de comida, para otro deberá ser una porción doble. Pero esta pregunta encierra una contradicción en sí misma… Acaso, ¿no volvemos a tener hambre al cabo de varias horas de la ingesta anterior? Así como es equivocado pensar que solo tendremos necesidad de comer una vez en la vida, y que una vez satisfechos nunca más volveremos a sentir hambre, es también erróneo sostener que la felicidad es estática, que es un estado que alcanzamos luego de “llenarnos” con cosas que nos causan regocijo, y que luego nunca más volveremos a experimentar desdichas ni dificultades.
El Daishonin afirma: “Sufra lo que tenga que sufrir, goce lo que tenga que gozar. Considere el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida, y continúe invocando Nam-myoho-renge-kyo pase lo que pase. ¿No sería esto experimentar la ilimitada alegría que proviene de la Ley? Fortalezca su fe más y más”.
En definitiva, la práctica NO permite alcanzar una felicidad permanente y estática (algo así como estar todo el tiempo en una hamaca paraguaya con un coco en la mano sin que nada altere esta situación). Muy por el contrario, el Buda afirma que la práctica ES LA FELICIDAD EN SÍ MISMA, pues nos permite experimentar una genuina alegría en cada circunstancia que nos toque vivir. Por ende, practicar hasta el último instante de nuestra vida es la oportunidad de vivir una existencia colmada de triunfos y de auténtica dicha, pase lo que pase.

3) ¿Practico para ser Buda, o porque soy Buda practico?

¡Pavada de dilema! ¿El huevo o la gallina? ¿El campeonato o la Libertadores? ¿Pantalón o minifalda?
Analicemos el caso: practicar para llegar a ser un Buda implica que ESTAMOS AFIRMANDO que en principio NO LO SOMOS, y que con el paso del tiempo de práctica iremos elevando nuestro estado de vida hasta alcanzar finalmente la plenitud de la Budeidad. Esta visión establecería que debemos avanzar en nuestra vida ascendiendo de un estado de vida a otro superior, en una escalera de 10 peldaños (desde el estado de Infierno al de Budeidad). Esta visión de la práctica coincide con las enseñanzas expuestas por Shakyamuni en el período previo al Sutra del Loto, en sus enseñanzas provisorias.
Sin embargo, al momento de revelar la verdad, Shakyamuni afirma a través del Sutra del Loto que TODOS SOMOS BUDAS por igual, aquí y ahora. Recurrimos al Gosho para investigar sobre el tema: “Lo mismo sucede en el caso de un buda y un mortal común: no se trata de dos identidades separadas. Uno se llama ‘mortal común’ mientras duda de que la Budeidad y su propia vida son una misma cosa; pero una vez que percibe esta verdad, puede llamarse ‘buda’”.
Desde esta perspectiva, el Budismo del Daishonin nos revela que YA SOMOS BUDAS, que poseemos naturalmente este estado de vida y que por reconocernos como tales invocamos Nam-myoho-renge-kyo.
Llevándolo a nuestra vida cotidiana, practicar para llegar a ser budas es suponer que somos “chiquitos”, enfrentar cada obstáculo, superarlo, y esperar el siguiente para ir creciendo hasta llegar a ser un Buda indestructible. En cambio, partir de la premisa de que somos budas, es partir de nuestra máxima estatura, afirmar que cada obstáculo que se nos presenta es lo que necesitamos para poder “usar” nuestra Budeidad, y con esa convicción “salir a la cancha” para mostrar nuestra fortaleza y nuestro talento.

4) ¿Tengo que hacer daimoku por los demás o por mis objetivos?


La sinceridad frente al Gohonzon es fundamental: Sensei nos indica que “es natural que las oraciones se centren en nuestros propios deseos y sueños. No hay necesidad de fingir que uno está orando por algo elevado cuando no es así. Si lo hacen, en realidad se están engañando a sí mismos. Pero si invocan daimoku de una forma natural, sin reservas, por lo que más ansían, con el tiempo irán cultivando un estado de vida cada vez más amplio y noble. Desde luego, está perfectamente bien hacer daimoku con la decisión de ser una persona más generosa o por el bien de los amigos y del kosen-rufu, es decir, por la felicidad y la prosperidad de todas las personas. Son libres de hacer daimoku por lo que quieran. Todo queda en ustedes. Hacer el gongyo y el daimoku no son obligaciones, sino un estupendo derecho que todos tenemos”.
En definitiva, SI NUESTRO CORA-ZÓN ES SINCERO, persiguiendo un objetivo propio también estamos contribuyendo a la felicidad de los demás; sin duda, cada uno de nuestros amigos se verá contagiado al ver nuestro triunfo; y nuestra convicción en la fe se renovará para alentar más y mejor a nuestro entorno.

Practicar hasta que salga

Ser felices de verdad es trazarnos una gran meta (trabajo, amigos, sociedad, familia) y esforzarnos por concretarla. Pero, ¿por dónde empezar? EL PRIMER PASO, el fundamental, es nuestra DECISION EN LA FE.
“La fe nos permite transformar no sólo nuestros problemas cotidianos, sino también las bases mismas de nuestra vida. Mediante nuestra práctica budista, (gongyo y daimoku) podemos desarrollar un sólido núcleo interior, y una reserva inagotable de buena fortuna. (...)”.
Plenos de convicción en que no hay oración que quede sin respuesta, ¡¡desafiémonos con sinceridad en la fe hasta concretar sin falta todos y cada uno de nuestros grandes objetivos!!

Por VAS21