Daisaku Ikeda
¿Cual es el propósito de la práctica budista? Realizamos nuestra práctica para obtener la victoria através de las tres existencias del pasado, presente y futuro y establecer un estado de vida tan amplio que nos permita sentirnos con nuestros deseos plenamente realizados y gozar de todo lo que nos acontece.
Debemos aspirar a triunfar en la vida. Budismo es entregarse a una lucha donde se gana o se pierde. Y esto se aplica a todos los fenómenos. De ahí que todo sea una lucha donde se disputan la victoria y la derrota. En efecto, la felicidad es algo que puede ser hallada en la propia victoria. Quien se siente feliz derrotado no puede ser feliz.
Por ejemplo, tomemos el caso de los deportistas. Para sobresalir como tal, uno debe hacer más esfuerzos que ningún otro y mantener constancia en el entrenamiento cuando está fuera del escenario de acción. Esta lucha existe así se trate de un trabajo o cualquier otra actividad de la vida cotidiana.
Aun cuando la práctica budista sea algo sumamente arduo, si continuamos en nuestra fe con tenacidad, finalmente obtendremos la victoria. No hay desafío mayor que la propagación del Budismo, realizar el gongyo de la mañana y la noche y participar de las actividades en bién del kosen-rufu. Sin embargo, este esmerado esfuerzo nos brinda una ocasión para el propio forjamiento y desarrollo, que es la base fundamental para que llogremos una victoria perdurable através de las tres existencias del pasado, presente y futuro.
Aquellos que evitan hacer esfuerzos penosos no pueden obtener la victoria y quienes descuidan su práctica budista tampoco lograrán la iluminación ni una vida coronada de triunfos. Todo lo que se construye mediante una ardua labor es perdurable, mientras que lo que se adquiere sin esfuerzo alguno está expuesto a desmoronarse con facilidad.
En el Gosho, Nichiren Daishonin nos enseña acerca de la condición de vida que alcanza una persona que ha sabido entrenarse a lo largo de su vida, describiéndonos cómo recibe el momento de su muerte. Dice: ''En ese momento (el momento culminante de su vida), apresúrese hacia la maravillosa montaña de la iluminación y vea alrededor en las cuatro direcciones. Verá que el universo entero es la Tierra de eterna tranquilidad. El piso estará tapizado por lapislazúli y los ocho caminos estarán separados por cuerdas de oro. Del cielo, cuatro clases de flores lloverán y resonará, en el aire, la múusica. Todos los budas y bodhisattvas estarán presentes, acariciados por la brisa de joraku gayo (eternidad, felicidad, el auténtico yo y pureza). Nosotros también, con seguridad, podremos estar en sus filas'' (Gosho Zenshu, pag. 1388).
A través de mantener la fe, podremos desarrollar una condición de vida caracterizada por el pleno goze de libertad por toda la eternidad y experimentar la dicha en los ciclos del nacimiento y la muerte. Por lo tanto, el Daishonin nos urge a hacer el máximo esfuerzo en esta existencia.
Nichiren Daishonin establece en otro pasaje del Gosho, ''No pase la vida en vano solo para lamentarse en los próximos diez mil años'' (Gosho Zenshu, pag. 970). Espero que lleven grabada esta enseñanza del Daishonin en sus vidas
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