Liliana Gutiérrez Hernández vive en la ciudad de Guadalajara, México, y hace dos años que practica el Budismo de Nichiren Daishonin, que conoció mientras “chateaba” con un argentino., nos cuenta acerca de su experiencia
Liliana es una chica común, que decidió darle un giro a su vida, porque sentía una constante tristeza interior; tal vez lo más sorprendente de su historia es que encontró lo que buscaba “chateando” en Internet con un joven argentino llamado Néstor, miembro de la SGIAR, al que conoció personalmente recién dos años después. Lo primero que me atrajo de la filosofía budista fue el aspecto intelectual, porque siempre me gustó saber e investigar mucho. Pero, con el tiempo, descubrí que, a través de la práctica del Budismo, podía plantearme metas que me permitieran crecer como ser humano y también, ayudar a otras personas. En 1999 estaba atravesando un momento bastante especial: me sentía triste y me deprimía muy a menudo. Recuerdo que, en esos días, la práctica, las guías del presidente Ikeda y las cartas que Néstor me enviaba me ayudaron a mejorar mi estado de ánimo y a sentir más confianza en mí misma. Si bien ahora las cosas se tornan difíciles muchas veces, sé que tengo la herramienta del daimoku, y no importa cuántas veces me caiga, sino cuántas veces me levante para enfrentar los embates de la vida. Por supuesto, en mi familia todo eso fue una revolución: mi madre fue la que más se opuso; pero, al notar mis cambios, comenzó a tener una visión diferente hacia el Budismo. Mis familiares estaban más interesados en saber qué era lo que estaba haciendo, de qué se trataba esta filosofía. Sin duda, el cambio más visible en mi ambiente fue haber logrado la armonía familiar, que tanta falta nos hacía. Después, llegó un momento en que quise conocer sobre la organización en México, así que, al “chatear” con Néstor, le comenté mi inquietud. Él me consiguió la dirección de e-mail de la responsable del distrito en el que actualmente estoy participando. Así fue como tomé contacto con las personas con las que hoy comparto la lucha por la paz mundial. Finalmente, Liliana ingresó como miembro en la SGI de México, aún antes de conocer personalmente a quien le había transmitido el Budismo, pero habiendo experimentado muchos cambios positivos en su vida. Acerca de las actividades de la Soka Gakkai en su país, nos cuenta: En este momento, estoy participando en un grupo de capacitación llamado “Lirio” y apoyo además la actividad de estudio de las cartas del buda Nichiren Daishonin, lo cual implica una gran responsabilidad y una oportunidad para crecer como ser humano y aprender cosas, para revertir, de manera positiva, las diferentes circunstancias de todos los días. Durante una reunión, escuché un pasaje del libro El nuevo humanismo, en el que Daisaku Ikeda cita una escritura budista que dice: “Eres tu propio maestro. ¿Quién podría serlo sino tú? Cuando hayas podido controlar tu propio yo, habrás encontrado un maestro de rarísimo valor”. Eso me hizo comprender que la verdadera transformación se produce a partir de la fe y de la práctica cotidiana. En México, a veces es difícil compartir el Budismo con los amigos, ya que es un país predominantemente católico. Por eso, las personas muchas veces sienten recelo de escuchar acerca de otra religión. La idea del pecado y el castigo está muy arraigada en la cultura mexicana. Pero, igual, me esfuerzo por dialogar desde la perspectiva de amplitud y tolerancia que expone nuestra filosofía. A pocas horas de su regreso, y luego de haber compartido estos momentos de su vida con nosotros, Liliana hace un balance de lo que significó su viaje a la Argentina. Siempre quise venir a este país, porque me atraían sus lugares, su cultura y costumbres. Y en realidad, el motivo más importante era que quería encontrarme con la persona que me transmitió la Ley, para agradecerle todo el apoyo y el aliento que me brindó, a cada instante, desde miles de kilómetros. Realmente es maravilloso que, a pesar de estar tan lejos, existan personas que se preocupen por los demás. El encuentro con Néstor fue muy emocionante y mucho más lo fue cuando nos sentamos a invocar por primera vez Nam-myoho-renge-kyo juntos; en ese instante, me di cuenta de que las distancias no existen. Lo que existe es el corazón y la actitud de querer ayudar al otro para que pueda ser feliz y concrete todos sus sueños.
es muy bonitonito aber participado en el budismo y un saludo al señor reforme periodista en el tenplo el me enseño adesir namiongerengekio
ResponderBorrarhola: soy alberto berrelleza. soy de gusave sinaloa mexico y practico el budismo de nichiren daishonin hace aproximadamente ocho meses, y me interesa conocer a mas personas que tambien practican este budismo,me encantaria saver sus experiencias. mi correo electronico es celsoversin@hotmail.com y mi pagina de facebook es c-alberto berrelleza moreno.
ResponderBorrarhola: mi nombre es alberto berrelleza moreno. soy de guasave sinaloa mexico.y practico el budismo de nichiren daishonin, aproximadamente hace nueve meses estoy en un grupo de diez personas y hacemos reuniones de dialogo un dia por semana,estoy muy contento con la vida misma de haber conocida esta maravilloza practica, tambien me intereza comentar mis experiencias y conocer a mas personas que se interesen en el tema y tambien a personas practicantes, mi correo electronico,es celsoversin@hotmail.com y mi facebook es c-alberto berrelleza moreno.versinboys@hotmail.com .
ResponderBorrarBusco un grupo por el lado norte de la ciudad, por el country, ladron de guevara y providencia etc... por estos rumbos. conoces alguno?
ResponderBorrarHola! Soy Juana Irene Guevara. Yo tengo una historia parecida a la de ella solo que fue un brasileño el que me hizo conocer el Budismo Nichiren Daishonin me enseño la primera oracion y he leido un poco sobre esta filosofia y me gustaria saber más y aprender lo necesario para practicarla y asi poder cambiar mi vida para bien...de verdad lo necesito. Soy de Ciudad Victoria,Tamaulipas. Buena fortuna y gracias de antemano!
ResponderBorrarHola soy Efrain Navarro, yo empece' a practicar el budismo hace 8 meses (agosto 2017) Un amigo me introdujo a esta pra'ctica, en el 2017 tuve unos meses terribles en mi vida, estuve en el hospital varios dias, cuando sali del hospital no podia encontrar ninguna resolucio'n y estuve navegando horriblemente hasta que empece a chantear Nam Myo Ho renge Kyo, y comenc'e a ver los cambios en mi vida, solo pasaron 2 semanas cuando empec'e a ver los cambios en mi vida el el comportamiento en mi mismo, me senti' mas alegre y desenfocado, continue' chanting y comence a estudiar la filosofia de Nicherin Daishonin y conviv'i con otras personas el budismo y los cambios que he tenido en mi vida es lo mas bonito que me ha pasado. estudiando el Kosen-rufu me ha cambiado totalmente
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